Hace un par de semanillas, concretamente el 22 de febrero, un grupo de amigos hicimos una pequeña escapada de 4 días a Londres. El viaje fue estupendo, en especial por una serie de acontecimientos y vivencias que le sucedieron a cierto miembro del "equipo".... jajaja Pero quitando una serie de problemillas que tuvimos y de los que ahora nos reímos, el viaje salió a pedri de boca.
Tuvimos suerte con el clima, aunque el primer día de estancia allí nos llovió un poquito, pero bueno, contábamos con ello. El hostal era bastante... a ver.... cómo decirlo.....peculiar? Vale, el hostal era una mierda (con perdón) que estaba sucio, hacía frío, las habitaciones (o mejor dicho, nuestra habitación) eran enanas y tan sólo un día logré ducharme con agua caliente (aunque los chicos, ni eso). Pero bueno, gracias a la compañía que llevaba hicieron que ese "antrillo" se convirtiera en un lugar más acogedor. Lo único que tenía bueno es que estaba en pleno Picadilly Circus y podíamos ir andando a casi todos los sitios de interés sin ningún problema, y eso se agradece. Además, muy cerquita había un Starbucks (o como se diga), que es una cafetería típica de allí y que hace unos cafés buenísimos.
Vimos un montón de cosas, las que considerábamos más importantes, y eso sí, yo creo que no he andado más en mi vida! jaja. Y mucho menos, por mitad de una avenida repleta de gente y nosotros en formación militar y desfilando al compás del silbido de la música del simpático anuncio de un coche (que ahora no recuerdo bien cual era), pero que la canción dice más o menos: los animales de dos en dos duah duah . jajaja. La verdad es que podría decirse que esa fue la canción del viaje, porque estuviésemos donde estuviésemos, siempre íbamos silbando la misma melodía.
Otra anécdota curiosa del viaje es que a ninguno de los que íbamos (excepto a Gonzalo) nos sirvió para perfeccionar nuestro inglés, o sí? jaja. Porque yo la pronunciación de "The same" en este viaje la he perfeccionado muchísimo, jajaja. Y es que cada vez que íbamos a algún sitio en el que había que pedir algo o comunicarse con alguien, siempre dejábamos pasar primero a Gonzalo, que era el que hablaba y el que se encargaba de pedir cualquier cosa y acto seguido, íbamos los demás de uno en uno pidiendo "the same", jajaja, nos daba igual que nos gustase o no, eso ya se solucionaría después, jajaja.
Bueno, y contando anécdotas de este tipo podría tirarme un ratazo más, verdad Laura?? jaja. Como por ejemplo mi tan polémico comentario de "Podríamos tocarnos" (no penséis mal), o la experiencia de jugar al marcianito....pero no tendría espacio suficiente para reflejarlas aquí. Así que lo dicho, que ha sido un viaje y una experiencia estupenda, con gente fantástica que no me importaría nada volver a repetir.
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